lunes, 10 de noviembre de 2014

ALGO SOBRE MI EXPERIENCIA COMO PROFESORA DE EDUCACIÓN MUSICAL

Desde el año 2010 al 2013, fuí profesora del colegio Hispano italiano de la ciudad de Iquique. Fueron sin duda alguna los años más intensos que en mis 10 años de docencia he tenido...Cientos de experiencias maravillosas surgían cada día, proyecto tras proyecto iban creciendo mis queridos estudiantes, el colegio se tornó entonces en un refugio sonoro tanto para mi como para todo aquel que así lo deseara...
El desarrollo de estos años de trabajo se dividieron en cuatro áreas que fueron el secreto para salir adelante con éxito.

1. Clases de aula: Desde 3° básico a 4° año medio, trabajando siempre en torno al desarrollo de las competencias relacionadas a "Escuchar, interpretar, crear y reflexionar". ¿Estuvieron los programas del MINEDUC presentes en mis clases?, si fueron una guía de orientación sin embargo, siempre prioricé las necesidades de aprendizaje de mis estudiantes por sobre las propuestas a veces alejadas del contexto en que me desenvolvía.

2. Área extra escolar o extra curricular: Aquí estuvo la génesis de todo el proyecto trabajado, me acerqué al colegio a través de un inofensivo taller de violoncello (1 cello 4/4 y 1 cello 3/4 para 8 estudiantes), éste con el pasar del tiempo se convertiría en una orquesta Latinoamericana con casi 40 integrantes, una orquesta inicial con 25 niños de enseñanza básica. Talleres de instrumentos. Giras, difusión y mucha muchisima música. La música llegó a la médula de muchos niños y jóvenes del establecimiento y sus familias.

3. Gestión: Yo diría más bien, la autogestión, considerando que en la gran mayoría de los establecimientos educativos de Chile, lamentablemente la Música tiene un fín decorativo o muy secundario (terciario o cuartario a veces). En mi experiencia fue un trabajo de concientización a la totalidad del contexto (familias, profesores, directivos). La formación de equipos de trabajo que traspasarán el aula fue un punto clave para conseguir los objetivos.
El conocimiento y la capacidad para generar espacios y recursos que permitiesen, favorecer la presencia de la música en cada momento del día dentro del colegio. Para esto concursamos en cuanto proyecto de fondos públicos se abrían (Fondos de cultura, fondos culturales municipales, 2% de Cultura, INJUV, entre otros), a veces los ganabamos la mayoría de las veces. Otras veces no, pero se hacía el esfuerzo por elaborarlos y presentarlos.

4. Motivación personal: El último elemento para esta experiencia pedagógica, fue la automotivación y el convencimiento absoluto sobre  la Educación Musical como un real agente de cambio social y mejora de la calidad de vida de las personas. Por otro lado la certeza que el aprendizaje musical es una fuente innagotable de recursos para el desarrollo cognitivo, emocional y social de quien lo practica.



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